miércoles, 1 de junio de 2011

TRECE ROSAS ROJAS: LA HISTORIA MAS CONMOVEDORA DE LA GUERRA CIVIL ( Carlos Fonseca)


Trece chicas, siete de ellas menores de edad, murieron fusiladas la madrugada del 5 de agosto de 1939 contra las tapias del cementerio del Este de Madrid. Su delito: ser "rojas".
Tras dos años de ardua investigación, Carlos Fonseca recupera un episodio que permanecía en la memoria colectiva de quienes perdieron la guerra. No hay ficción. Los archivos militares, los penitenciarios, los del PCE y sobre todo las voces de quienes vivieron estos trágicos hechos trasladan al lector al Madrid de los primeros días de la posguerra, una ciudad víctima del odio u la revancha de los vencedores.
La brutal represión franquista y un enigmático crimen condujeron a aquellas jóvenes idealistas a la muerte. Este testimonio es la mejor forma de evitar el olvido.

COMENTARIO

Un libro de acotadas páginas, que demuestra la realidad de las juventudes opositoras bajo la España franquista; mas allá de los aspectos políticos por todos conocidos, ha quedado en mi memoria el espíritu y los sentimientos que estas mujeres experimentaron durante su extenso encierro, las disyuntivas judiciales que enfrentaron, la corrupción de un sistema judicial, la barbarie de la represión política, las traiciones, entre otros aspectos, para algunos puede tratarse de un libro propulsor de una determinada ideología, frente a esta premisa prefiero recalcar el centro de convergencia que muchas personas podemos tener, como son, las vivencias de esas mujeres, sus reflexiones y convicciones, su amor a la patria y a sus seres queridos, pero sobretodo la prosa invita a contemplar el estadio que el hombre puede alcanzar, cuando deja de ser hombre; en la medida en que otros estiman poseer una verdad irrefutable plasmada y sustentada por el poder, me parece significativo compartir con ustedes una escena que siempre se encuentran en estos libros. Cuando existe tortura físicas y morales, el ser humano siempre busca el método para no perder su condición de tal, quizás un simple plato de comida o una ducha fría, sea suficiente para no perder la dignidad.

Les indico una de las citas iniciales del libro:

Triste armas
si no es amor la empresa
Triste, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores
Tristes, tristes.

Miguel Hernández
Cancionero y romancero de ausencias ( 1938-1941)

Entonces en palabras de una rosa:
" Besos para todos, que ni tú ni mis compañeras lloréis. Que mi nombre no se borre en la historia"

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